El campo de batalla del mañana
Nuestra vida es cada vez más compleja, acelerada y dependiente de la tecnología. Y aunque la creciente conectividad y digitalización aportan ventajas, también conllevan riesgos derivados de nuevas formas de amenaza, haciendo que nuestro mundo se vuelva cada vez más impredecible. Para garantizar la seguridad futura de nuestras sociedades y sus integrantes, es necesario superar los límites del pensamiento y de la tecnología. Con este fin, los expertos de Saab analizan continuamente acontecimientos militares, ya sean pasados o presentes; y los vinculan a tendencias mundiales para extraer enseñanzas de cara al futuro. Sus previsiones han marcado nuestro desarrollo durante décadas, lo que ha contribuido a que las tropas de todo el mundo ya estén preparadas desde ahora para los ataques del futuro.
Los conflictos y sus escenarios son cada vez más versátiles e impredecibles. Las estrategias que ayer tuvieron éxito pueden resultar ineficaces mañana. A esto se añaden acontecimientos geopolíticos como la actual guerra de Ucrania, que en muy poco tiempo provocan grandes alteraciones a todos los niveles, ya sea político, social o económico, lo que otorga una enorme fragilidad a estas previsiones. Hoy más que nunca, los ejércitos deben ser conscientes de estos retos y confiar en socios que puedan ofrecer las soluciones adecuadas con la debida flexibilidad y rapidez.
¿Qué pueden hacer las fuerzas terrestres?
Aún no se ha extraído ninguna enseñanza concreta de la guerra de Ucrania, pero ya se aprecian las primeras tendencias que determinarán de forma significativa las futuras decisiones en materia de armamento. El conflicto actual confirma una vez más la importancia de la logística, permite conocer en profundidad el estado de las tropas rusas y muestra la enorme importancia de unas tropas de infantería perfectamente equipadas, sobre todo cuanto más larga es la guerra.
El combate de infantería de 2040 se regirá por nuevos escenarios: además de por tierra, mar y aire, las naciones están cada vez más expuestas a las amenazas del ciberespacio y el espacio exterior. Este campo de batalla multidominio plantea grandes retos a los ejércitos a la hora de proteger a sus tropas y a la población, así como la seguridad nacional. Los expertos coinciden en la necesidad de mejorar el entrenamiento y el equipamiento de las fuerzas armadas ante las numerosas posibilidades que ofrecen la inteligencia artificial, la robótica y los sistemas operativos de red: el clásico combate de infantería sigue siendo decisivo para la guerra. "La guerra sobre el terreno siempre existirá. A pesar de que las operaciones de precisión con drones a grandes distancias ya existen y serán cada vez más comunes, hacen falta soldados para ocupar y defender un territorio", comenta Anders Wahlström, experto en infantería de la empresa sueca de armamento. "Con sistemas de armas versátiles como Carl-Gustaf, NLAW o AT4, damos una ventaja decisiva a los ejércitos de todo el mundo. El diseño modular garantiza que los productos de Saab sigan siendo eficaces y fiables en 2040 y en los años posteriores".
Urban Warfare: la ciudad como campo de batalla
Cada vez más personas en todo el mundo viven en ciudades. Los efectos de la crisis climática, las hambrunas, el terrorismo o la huida de la opresión están generando nuevos flujos migratorios. Todo esto hace que los escenarios bélicos se trasladen a las zonas urbanas. Cuando las ciudades se convierten en campos de batalla, los soldados necesitan las armas adecuadas para hacer frente a las nuevas exigencias. Por tanto, muchas de las nuevas capacidades del AT4, así como del Carl-Gustaf de Saab, están orientadas a las condiciones del entorno urbano. Por ejemplo, las cortas distancias de combate, la complejidad del terreno, la necesidad de disparar desde el interior de edificios y la necesidad de atacar objetivos en los edificios fueron consideraciones esenciales durante el desarrollo de su diseño.
Al mismo tiempo, es necesario modernizar y mejorar las funciones existentes para seguir siendo competitivos: mayor precisión, una elevada puntería y velocidad, aumento de la efectividad con un reducido peso de transporte y flexibilidad son solo algunas de las capacidades que permiten a las tropas obtener la ventaja decisiva. Sin embargo, no se debe permitir que el aumento de la complejidad como consecuencia de los avances tecnológicos dificulte el funcionamiento del arma.
"La autonomía total no es realista"
Las imágenes de robots marchando por el campo de batalla o una inteligencia artificial librando guerras de forma casi autónoma permanecerán reservadas para la sala de cine tanto en el año 2040 como en los posteriores. Sin embargo, la robótica, la IA y los macrodatos ofrecen multitud de oportunidades para apoyar a las tropas de infantería. Pueden ayudar a obtener una mejor visión y a observar al enemigo para atacar sus puntos más débiles. Pueden suponer los segundos cruciales del análisis que permiten adaptar las propias tácticas a la amenaza correspondiente. Y gracias a la automatización parcial, pueden transmitir la información recién obtenida a los sistemas de armas modernos en cuestión de segundos, logrando así una ventaja temporal decisiva. En el futuro, la comunicación y la conectividad desempeñarán un papel mucho más importante en el campo de batalla multidominio.
"Como empresa que diseña y fabrica cohetes, tenemos una larga experiencia con sistemas que, a partir de cierto punto, son capaces de funcionar sin la intervención de un humano, por así decirlo", afirma Wahlström. "Sin embargo, esto no significa que estas armas funcionen de forma totalmente autónoma. Más bien, se trata del papel de la planificación antes de una misión. Después de todo, las decisiones operativas verdaderamente autónomas plantean una serie de cuestiones éticas". El experto no espera condiciones marco ni regulaciones al respecto en un futuro próximo, ni tampoco en cuanto a los procedimientos de aprobación en otros ámbitos, como los referidos a los vehículos de conducción autónoma.
Los estudios también confirman que las armas carecen de valor sin el factor humano. Las máquinas toman decisiones más rápido que los humanos, no necesitan descansar y son más resistentes. Sin embargo, no son (todavía) lo suficientemente inteligentes como para reemplazar al hombre en el campo de batalla o para luchar contra él. Los robots no actúan de manera más efectiva que los soldados (solo son más eficientes a la hora de matar) y no actuarían de acuerdo con el Derecho internacional humanitario en la guerra, pues no se puede programar un reconocimiento de patrones que distinga entre civiles y enemigos.
Un sistema modular para el futuro
El éxito del modelo de Saab reside definitivamente en la modularidad de sus sistemas. Esto es especialmente evidente en lo que se refiere a las municiones. Por ejemplo, las armas inteligentes Carl-Gustaf y AT4 funcionan de igual manera con un calibre de 84 mm. Esta modularidad permite recombinar y ensamblar los distintos subsistemas, como los de munición, por ejemplo, el fusible. De esta forma, las capacidades de un arma se pueden transferir a otra en muy poco tiempo. "Tomemos como ejemplo la familia AT4 'Roquette Nouvelle Generation'. En este caso, se utilizan subsistemas de munición tanto de la gama de productos AT4 como de la de Carl Gustaf", afirma Anders Wahlström. Este principio modular inteligente permite una respuesta rápida a los requisitos cambiantes, así como a las necesidades individuales de los clientes. Y ofrece a los militares la ventaja adicional de no tener que entrenar a sus tropas en el uso de nuevas armas y poder seguir utilizando la munición disponible.
¿Es esto real?
Las capacidades de los soldados y sus armas seguirán siendo decisivas en el futuro. Cuanto más complejas se vuelven las amenazas, más importantes son la formación y el entrenamiento. Aunque el entrenamiento en vivo con simuladores ODT (Outdoor Training) y los disparos en vivo con armas reales seguirán siendo componentes centrales en la formación de los soldados, el entrenamiento virtual también abre multitud de nuevas posibilidades: por un lado, en el ámbito de la formación básica cuando el entrenamiento virtual sustituya por completo los ejercicios de tiro, también por razones medioambientales, de coste y de tiempo; y por otro lado, a nivel táctico cuando se trata de un entrenamiento virtual realista en interiores. "Vemos que en el futuro habrá una enorme demanda de simulaciones realistas de una amplia variedad de armas que sean capaces de reproducir el comportamiento real en términos de rendimiento balístico o incluso de manejo", explica Anders Wahlström.
Durante años, Saab ha invertido no solo en el desarrollo de sus armas, sino también y sobre todo en entrenamiento. Además, la empresa coopera con las principales universidades e institutos de investigación: el intercambio con clientes y expertos de muy diversas disciplinas es un factor clave del éxito de esta empresa de defensa.
Anders Wahlström: "Mirar hacia el futuro es enormemente importante, sobre todo para nosotros como proveedores de servicios. Siempre tenemos que pensar un paso por delante para dar a nuestros clientes la ventaja decisiva en el campo de batalla. Sin embargo, la calidad de las previsiones depende de la base sobre la que se elaboran. De ahí que impongamos las más altas exigencias a los análisis de los acontecimientos actuales para poder reaccionar rápidamente y actuar con flexibilidad". Nadie puede decir con certeza qué es lo que realmente nos deparará el año 2040. Pero de una cosa sí están convencidos los expertos de Saab: no habrá desvinculación entre el campo de batalla y el combatiente. ¡La infantería sigue siendo el futuro!
Preparar las fuerzas para las amenazas del mañana
La potencia de fuego, la flexibilidad y la facilidad de manejo son capacidades vitales para las tropas desmontadas. Gracias al desarrollo continuo de nuestras armas, permitimos a los soldados satisfacer las exigencias siempre cambiantes de los conflictos.
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