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El modelo sueco de cooperación: Triple Hélice como motor de innovación

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El sector defensa está experimentando una rápida aceleración en el desarrollo de tecnología, impulsada por la necesidad de mantener una ventaja competitiva frente a las amenazas que evolucionan rápidamente. Este avance tecnológico plantea una pregunta crítica para el sector: ¿cómo podemos adoptar la agilidad digital sin comprometer el rigor y la fiabilidad esencial para la seguridad militar?

Un enfoque innovador que ha demostrado ser eficaz para abordar este desafío es el modelo de colaboración denominado “triple hélice”. Este modelo, ampliamente aplicado en Suecia y su industria de defensa, liderada por Saab, fomenta procesos más rápidos y eficaces para el desarrollo de tecnología y la implementación de innovaciones a través de la cooperación público-privada. Este modelo involucra tres partes claves: gobierno, industria y academia. Al integrar estos sectores, el modelo fortalece las capacidades estratégicas del país y garantiza que los avances tecnológicos sean innovadores y confiables.

 

Detrás de este enfoque se encuentra el entendimiento de que la innovación contribuye al crecimiento económico nacional. Cuando los tres actores unen sus fuerzas, coordinan de forma estratégica, también fortalecen los programas y la financiación para la innovación tecnológica. Interactúan como socios iguales, impulsando ideas y difundiendo tecnologías que generan nuevos formatos de producción; ampliando la base de conocimiento y aplicándola de nuevas maneras.

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Al compartir los riesgos y los costes de I+D, la Triple Hélice también garantiza un enfoque rentable de la innovación y permite que la industria de la defensa pueda crear productos con doble uso, militar y civil. También ayuda a crear más empleos calificados, fortalece y comercializa la investigación, mejora los sistemas y técnicas y aumenta la competitividad de la industria. Es un contexto donde todos ganan.

“Suecia tiene una cultura de cooperación, transparencia y organizaciones planas, en lugar de jerárquicas. Eso hace que sea más fácil para el país ser innovador. Resolvemos los problemas juntos y nos atrevemos a dejar que los ingenieros intenten y tal vez fallen”, dice Magnus Ahlström, Vicepresidente de Innovación Global de Saab. 

Este modelo ha sido clave para el éxito de empresas como Saab, que ha convertido la colaboración continua con universidades y centros de innovación en una ventaja competitiva. Este enfoque ha dado lugar a tecnologías como el avión de combate Gripen, el sistema de radar Giraffe y soluciones avanzadas de guerra electrónica que integran hardware con capacidades digitales.

Aterrizaje en Perú

El país ha dado pasos significativos para reforzar sus sectores de logística y aviación, y ahora está trabajando activamente en la integración de la transformación digital.

El modelo sueco sirve como referencia para la creación de capacidades nacionales autónomas y tecnológicamente avanzadas. Entre ellas, colaboraciones con universidades peruanas para desarrollar talento técnico en ciberdefensa e inteligencia artificial aplicada. Este modelo fomenta una mayor interconexión entre el apoyo del Estado a los proyectos de investigación y desarrollo en defensa, las Fuerzas Armadas, los institutos de investigación, la academia y la industria pública y privada, incluyendo empresas globales como Saab que proporcionan transferencia de tecnología y producción local de soluciones adaptadas al contexto peruano.

Fortalecimiento de la defensa digital de Perú

A medida que Perú continúa navegando por las complejidades de la era digital, es crucial fomentar ecosistemas nacionales de tecnología e innovación que promuevan la autonomía, la sostenibilidad y la disuasión efectiva. Esto requiere que todos los actores clave, incluyendo el estado, las fuerzas armadas, la academia y la industria estén en consenso. Al adoptar el modelo de la triple hélice, Perú puede aprovechar la experiencia colectiva y los recursos necesarios para desarrollar sistemas de comunicación seguros y tecnologías de vanguardia.

Además, la experiencia de un socio tecnológico de confianza, como Saab, puede servir como un catalizador en este proceso. Al trabajar juntos, Perú no solo puede hacer que su sistema de innovación en defensa sea más fuerte y ágil, sino también construir una infraestructura digital robusta y segura que no solo satisfaga sus necesidades actuales, sino que también lo posicione para el futuro éxito en un mundo cada vez más interconectado. Este enfoque colaborativo podría ayudar a abordar los desafíos y oportunidades que presenta la era digital, fomentando un futuro seguro y próspero para todo el país.